Mis 21 cosas favoritas de 2021
El día 31 de diciembre me llamó la atención que desde muy temprano muchísima gente estaba poniendo en Twitter e Instagram su balance del año. A mí me pilló con el pie cambiado, porque quería decir algo pero no se me ocurría nada. Quizá porque meterlo todo en unos pocos caracteres es bastante imposible cuando estos últimos doce meses han sido tan largos (¿o cortos?) y variados (¿o monótonos?) que la tarea se me hace inabarcable.
SIn embargo, yo ya llevaba un par de semanas haciendo la lista, apuntando lo que se me iba ocurriendo para la edición de 2021 de mis cosas favoritas del año, como ya hice en 2020 y 2019. Aquí están. El orden es aleatorio porque todas ellas me ayudaron a que estos últimos doce meses fuesen más entretenidos, más fáciles o más divertidos:
1. Los paseos
A finales de enero, empecé a poner en práctica una de esas cosas que leía a veces en los artículos con consejos para trabajar desde casa que llenaron internet en 2020: «ir a trabajar». Es decir, hacer como si trabajase en otro sitio y todas las mañanas, después de desayunar, salir a dar un pequeño paseo de camino a la oficina, aunque la oficina siga siendo mi casa. Mis paseítos son cortos, de unos 10 minutos, pero la verdad es que encaras el día con otra energía cuando ya has estado fuera. Lo hice de forma bastante regular hasta el verano, cuando lo fui dejando porque creo que mi energía flaqueaba. La semana pasada empecé otra vez.
2. Aprendí a releer
Yo nunca releía nada porque siempre me dio la sensación de que cada libro releído era un libro menos que leería en mi vida. En 2021, por razones diversas, releí tres libros: La señora Dalloway, de Virginia Woolf; Una guía sobre el arte de perderse, de Rebecca Solnitt, y Persuasión, de Jane Austen. Todos los disfruté muchísimo y en ningún momento pensé en los libros desconocidos que dejaba de lado. Releer es como estar en un lugar conocido y cálido, es sentirse en casa. Y no sé por qué era tan recelosa, la verdad, teniendo en cuenta que sí reveo películas y series. Me gusta haber desbloqueado este básico para una vida feliz.
3. Anatomía de Grey
Mi relación con Anatomía de Grey era casi inexistente. Como muchos, había visto capítulos de la primera temporada cuando salió, pero la verdad es que luego nunca seguí. De vez en cuando, a lo largo de estos años, me sorprendía descubriendo que la serie seguía. Que era longeva y, parece, infinita. En 2021, creo que impulsada por el hecho de que mis amigas Raquel y Meri sean fieles defensoras, empecé a verla. Por si no lo sabéis, van por la temporada 18. Yo estoy ya en la 12 y aún no me cansa y creo que no recuerdo ningún episodio en el que me haya chirriado algo como pasa cuando vemos productos culturales de hace más de 10 años. Anatomía lleva 17 años haciéndolo todo bien.
4. Volver a
Hubo una tarde de junio de esas que parecían prepandémicas. Una pequeña juntanza de amistad y familiar (al aire libre), llamar a otra amiga por si está cerca y que se una, decidir irnos a cenar a última hora las tres. Me di cuenta cuando me trajeron el café de después de la cena, un café que solo tomo cuando ceno fuera. Me vinieron todos los meses previos y me maravilló lo raro de estar haciendo algo tan normal. Quedar, improvisar planes, volver a casa tarde. Intento un poco estar siempre en ese plano mental, el de la maravilla ante lo normal que ahora es raro y antes era anodino.
5. Este blog
Este blog no es nuevo de 2021, pero sí la regularidad en las publicaciones. Tener una cita fija e innegociable los miércoles en pleno horario laboral. Creo qu es la primera vez en mi vida que soy tan regular con un blog, que cumplo lo que me propongo. El truco, ya lo dije alguna vez, es tener momento semanal fijo para escribir y publicar. En mi caso, los miércoles a partir de las 12. (Lo de hoy es distinto, es extra).
6. Amigas que publican cosas
Comprar libros y comprar discos está siempre guay, pero cuando eso que compras lo ha hecho una amiga tuya, la alegría y emoción es desbordante. Primero fue Elena, en otoño, que publicó como Tears To Go un disco precioso que se llama Patronizing Self-Help. Luego Raquel, en noviempre, que sacó su libro Noticias da modernidade. A muller moderna na prensa galega dos anos 20.
7. Cuarenta libros
Ese es el número de libros que leí, así que completé mi reto de Goodreads, que es una de estas cosas tontas que hacen ilusión. Les di cinco estrellas a Mrs. Dalloway, Persuasión, la biografía sobre Virginia Woolf de Hermione Lee, Noticias da nodernidade y El cuarto de atrás, de Carmen Martín Gaite. Es decir, las relecturas y mis amigas valieron la pena. En cuanto al de Carmen Martín Gaite, era el primero que leía de ella, así que trajo el extra de «es lo primero que leo de una autora, me ha requeteencantado, y tengo tanto aún por descubrir».
8. Tengo dos recetas estrella (para mí)
Nunca he sido una persona muy cocinillas. Creo que es sobre todo porque tiendo a la improvisación y rara vez planeo o me reservo tiempo para andar entre fogones. Por eso me hace muchísima ilusión haber añadido dos platos a mi repertorio, dos platos que además me suelen quedar riquísimos y hacer muy feliz. No creáis que es nada elaboradísimo: pasta con salsa bolognesa y arroz con pollo al curry. ¡Pero qué ricos! ¡Y hechos por mí! Esto es básicamente lo que pienso cada vez que los estoy saboreando. No os dejo las recetas porque en realidad los hago a ojo sin mirar cantidades, que es parte de mi personalidad.
9. SOUR, de Olivia Rodrigo
Mi disco favorito del año lo ha escrito una persona que no tiene aún veinte años. Y, lo que es peor, está claro cuando lo escuchas que es así de joven. Sin embargo, lo ha hecho tan bien que atrapa, nos devuelve a esa edad (no de verdad, afortunadamente) y casi nos hace sentirlo con la intensidad con la que lo sentíamos antes todo.
10. Soy una moderna
Perdón por el chiste facilísimo, pero sí, una de mis cosas favoritas del año es haberme vacunado, porque significa —esto lo olvidamos muy rápido— que hay vacuna. Y no una ni dos, tenemos todo un abanico de oferta: que si Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Janssen… (los puntos suspensivos son para las vacunas aprobadas en otros países). En la lista de hace un año puse también las vacunas, pero en ese momento estaban vacunadas la señora Araceli y pocos más. Ahora aquí estamos, casi en el 90 % y ya administrando terceras dosis. (Dicho esto: igual estaría bien no acaparar tanto y ayudar a que las vacunas lleguen y se administren en otros países con tasas mínimas).
11. Get Back!
Envidio mucho a Peter Jackson. Creo que no tanto por tener que elegir y editar y montar el documental (¿cómo no le iba a quedar en 8 horas?), sino por haber tenido a su disposición todo ese material inédito. Imaginad la emoción de verlo por primera vez. Yo me conformo con ver lo que nos ha dado bien preparadito y masticado. La verdad es que qué alegría poder ver a John, Paul, George y Ringo haciendo canciones y haciendo el tonto.
12. Jens will see you now
Jens Lekman lleva todo 2021 con su blog en modo consultorio: los fans le escriben y le preguntan cualquier cosa («si solo te quedara un día de vida, ¿qué harías?», «me estoy quedando calvo, ¿consejos?», «¿te consideras religioso?») y él publica largas y preciosas respuestas. Lo mejor de esto es que ocurre en un rinconcito de internet y no sale de ahí: tienes que visitar su web para saberlo, porque no lo pone en redes sociales (por eso yo descubrí en septiembre que llevaba todo el año haciéndolo). Espero que en 2022 siga o, por lo menos, continúe dándole vidilla a su blog, que publica desde 2004 y que siempre es una maravilla.
13. Mi año Virginia Woolf
Empecé 2021 leyendo Fin de viaje y sintiendo muy fuerte que tenía que releer La señora Dalloway. Después, me tocó en mi sorteo leer la enorme biografía sobre ella que escribió Hermione Lee. De ahí salí con una idea: comprarme una edición de sus diarios de entre 1920 y 1924, leer hasta la fecha de 1921 en la que estaba y, a partir de ahí, ir leyendo al día lo que hizo Virginia hace cien años. Aún no sé cómo pasó la Nochevieja, su primera anotación de 1922 es del 3 de enero. Mañana tendré más datos.
Es una forma muy guay de leer un diario que recomiendo mucho. Estos meses me he ido sintiendo acompañada por ella, además de tener la sensación de que la conozco bien —casi como si leyera su diario, ja—, de que sé sus luces y sus sombras, sus virtudes y sus defectos. Vaya, que considero a Virginia Woolf mi amiga y no me vais a convencer de lo contrario.
14. El día de la correspondencia
Esto es una ideaza que tuve hace unos meses y que puse en práctica un día, aunque un poco a medias y mal. Pero eso no quita que sea una gran idea: elegir un día de vez en cuando como día de la correspondencia y dedicarlo a contestar mails y cartas o incluso escribir a gente de la que hace tiempo que no sé nada. Es una sensación bonita y un poco vintage, me siento como esas señoras del pasado que mantenían una correspondencia voluminosa y regular con sus contactos. Lo bueno es que ahora solo hay que hacerlo con la gente que nos importa (y que nos va a contestar).
15. Mi cosmos
Planté unas semillitas de cosmos y las cuidé con mucho mimo hasta que me dieron unas flores preciosas en el balcón. Como es una de esas plantas con un nombre fantástico, yo no podía evitar pensar que estaba cultivando y cuidando de todo el cosmos, una gran responsabilidad. No os enseñaré cómo está ahora para que no me culpéis de los males del mundo.
16. ¡Mi cumple!
Esto que ocurre todos los años se valora mejor cuando el anterior lo has celebrado llegando en ambulancia al hospital y quedándote allí dos semanas. ¡Y en medio de una pandemia! En 2021 tuve invitados (al aire libre) e hice locuras como abrir regalos, algo que en mi cumple anterior no era capaz de hacer porque mi cuerpo no tenía fuerza para esa compleja actividad.
17. Las entrevistas en la niusléter
Se me ocurrió que si yo consigo información de muchas de las señoras protagonistas es gracias a otras mujeres que han dedicado vida y alma a investigarlas. ¿Qué mejor que entrevistarlas? Hice solo dos, a Tera y Raquel, que sí, también son mis amigas. Pero en 2022 quiero seguir tirando de ese hilo.
18. Viernes de palomitas
En realidad esto empezó en 2020, pero fue en 2021 cuando vi el patrón y lo convertí en mi pequeña tradición personal. Los viernes ceno palomitas y veo una peli. Parece una tontería, pero es una de las cosas que me alegra mucho tener en el horizonte, como el comienzo oficial del fin de semana. ¡Y ocurre cada siete días!
19. Fui al cine
Solo una vez, las cosas como son. Vi The French Dispatch, de Wes Anderson, y fue como una ráfaga de normalidad. Estar en el cine viendo una película en la que sale Timothée Chalamet. Sensación de déjà vu, de volver a cosas que ya he hecho.
20. Las tortitas de mi bisabuela
Un día, estaba en casa de mis padres y me llamó la atención un libro de la estantería, La cocina completa, de la Marquesa de Parabere. Lo empecé a ojear y encontré una hoja de papel con una caligrafía antigua y picuda en la que había una receta de tortitas. Mi padre me dijo que posiblemente fuese la letra de su abuela. Ahora hago esas tortitas, que son tortitas normales pero recetadas por una persona de la que desciendo y a la que nunca conocí, con cierta frecuencia.
21. Escribir
Aquel día que cené con Cris y Lucía en junio y en el que un café fue casi mi magdalena de Proust, me encontré diciéndoles que estaba escribiendo un montón, muchísimo más que en la última década o quizá más incluso que en cualquier momento de mi vida. Como ya sabéis, no creo que escribir sea una necesidad, pero es algo que hace que me sienta mejor. Dedicar mi tiempo a esto me parece un buen uso de mis horas.
Gracias por estar al otro lado.